Desde hace años siento pasión por la psicología. No es que haya nacido con la vocación de dedicarme a esa rama sanitaria, de hecho no sería capaz de determinar un momento en el tiempo a partir del cual empezó a picarme el gusanillo por el misterioso mundo de la mente. Pero acostumbro a leer libros y blogs que profundizan en dicha ciencia y, siempre que puedo, asisto a talleres relacionados con la temática, ¡la encuentro tremendamente interesante!
Como organizadora de bodas, esta pasión supone un plus a la hora de relacionarme con los novios, ya que mi labor se desempeña antes y durante un evento en el que las emociones están a flor de piel.
Por todo ello, para mí es súper importante que entre una wedding planner y la pareja de novios haya una conexión, una química, un entendimiento emocional. Si no existe esto entre la organizadora y los prometidos, sin duda será complicado trabajar como un equipo y llegar a buen puerto.
Pero, ¿cómo saber que estás ante tu “wedding planner gemela”? ¿Qué cualidades deberían definirla?
- Sabe escuchar (no oír).
Algo fundamental para que el proceso de comunicación pareja-wedding planner sea eficaz.
No importa que nos hayáis contado en más de una ocasión los miedos que tenéis a la hora de decidiros por uno u otro vestido, o las dudas que se os presenten en el momento de seleccionar los regalos para vuestros invitados, porque realmente estamos ahí para dar apoyo y soporte y comprendemos que no son elecciones fáciles.
La mayoría de decisiones que se han de tomar durante el proceso de pre-boda suponen para vosotros una carga emocional importante, ya no solo por el valor económico de los servicios o productos, sino por la incertidumbre de si el evento será del agrado de los invitados.
Es por eso que una wedding planner debería mostrarse siempre dispuesta a escuchar todas las dudas que podáis plantear, porque aunque para nosotras la solución sea sencilla de hallar, para vosotros no es habitual enfrentarse a ello.
- Es empática.
Una de las habilidades sociales que garantiza en mayor medida el éxito en una relación entre personas es la empatía, la capacidad de ponerse en el lugar del otro.
Una wedding planner empática os hará sentir comprendidos, demostrando una gran sensibilidad con respecto a vuestros sentimientos. Es más, llegará incluso a vosotros a través de la comunicación no verbal, reconociendo en cada gesto un estado emocional, o interpretando pensamientos solo con un cruce de miradas. Con una wedding planner así, la complicidad está asegurada.
- Es positiva.
¿Qué mejor que rodearse de personas que buscan siempre las oportunidades ante las diferentes situaciones, que se enfocan en las soluciones y no en los problemas, en un momento de tensión como lo pueden ser los meses pre-boda?
Una wedding planner positiva será, casi con total seguridad, una persona persistente, que ha ido consiguiendo a lo largo de la vida lo que se ha propuesto, sin desanimarse por los errores cometidos, siendo éstos los que le sirvieron de estímulo para un mayor esfuerzo.
- Es honesta y sincera.
Es la base, el pilar fundamental en el que se asienta la relación wedding planner – pareja.
Que tu wedding planner cuente con la madurez suficiente como para dialogar con transparencia, que vaya siempre de frente, es de vital importancia.
- Es detallista
Se esfuerza por demostrar que le importáis y os cuida. No me refiero con esto a que la wedding planner tenga que haceros regalos materiales, pero hay mil y una formas de demostrar a los demás que estamos ahí por ellos y no nos tomamos a la ligera nuestra relación: una llamada en un momento crucial, un mensaje de texto tras una cita importante, una copita de vino y unas risas tras una reunión…
Al final, la relación que se forja entre los novios y la organizadora de su boda no es muy diferente a una amistad. Y es que tras meses y meses de preparativos, se pasan muchas horas en contacto, se comparten confidencias, risas, llantos y eso, sin duda, llega a unir.
Y vosotros, si estáis leyendo estas líneas y todavía no habéis contratado a vuestra wedding planner, os animamos a que nos llaméis para concertar una cita y descubramos si estamos hechos los unos para los otros.