Planificar una boda en Galicia, aunque sea en verano, requiere un «plan B».
En los últimos tiempos el calentamiento global ha hecho que los inviernos sean menos duros y la época estival comience en mayo y se prolongue hasta noviembre. Pero, por si acaso, más vale tener una alternativa si te casas en el norte, porque la meteorología puede ser muy caprichosa.
Pero, ¿qué implica realmente el estar preparados para un contratiempo así?
En diciembre del pasado año, nuestros queridos V&L nos contrataron para organizar todos los detalles de su boda, que se celebró este 6 de agosto.
De inicio, nos suponíamos que el tiempo nos acompañaría pero, ¿y si no lo hacía? Se trataba de una boda de 130 personas en una finca privada, donde todos los actos tendrían lugar al aire libre, en plena naturaleza. ¡No podíamos arriesgar!
Estéticamente, me encantaba la idea de un evento a la intemperie, una cena bajo los árboles frondosos del bosquecillo, pero temíamos que una tormenta de verano pudiese estropear la estampa. Es por eso que no dudamos que necesitaríamos, al menos, una carpa en donde se disfrutase del banquete.
Aunque V&L me habían comentado que les gustaría que la cena se celebrase en agrupaciones de carpas tipo jaimas, me pareció idóneo proponerles la instalación de una carpa transparente a dos aguas, con una iluminación cuidada. Esto nos permitiría que se integrase mejor en el entorno natural en que se ubicaría.
El resultado quedó espectacular, gracias al equipo de Toldos Jocar, y permitió, además, que los invitados más perezosos pudiesen ver la sesión de fuegos artificiales desde su asiento, sin tener que desplazarse al exterior.
Pero el resto de zonas en donde se desarrolló el evento, tampoco quedaron al azar.
La ceremonia tuvo lugar en exteriores y las floristas de Arume acondicionaron el altar con una sombrilla estilo balinesa muy mona. Esto no fue lo único, puesto que V&L regalaron a sus invitados sombrillitas de papel y paypays.
Además, la zona de cóctel se ubicó próxima a una pequeña carpa y diferentes elementos se colocaron estratégicamente entre arbustos, para que los últimos rayos de sol no incomodasen ni a invitados ni a los chicos de Body & Soul, que lo amenizaban.
Y es que, como puede que os estéis ya imaginando, la climatología nos acompañó. Por el día, lució el sol y la temperatura alcanzó los 35º y, por la noche, los más frioleros podía resguardarse en el interior de la carpa, que acumulaba el calor de toda la jornada. Pero, como dice el refrán: «Más vale prevenir que curar».
Os dejamos un vídeo realizado por Volair, Fotografía y Vídeo Aéreo, de la zona del banquete.
Y tú, que estás leyendo estás líneas y te casas próximamente… ¡Contáctanos y te ayudaremos a organizar vuestra boda, con «plan B» incluido! 😛